miércoles, 13 de enero de 2010

DÍAS DE ODIO Y APATÍA

Pues sí amigos, a pesar de poder decir cuando sea viejo que yo he visto nevar en Sevilla, a pesar de poder llegar mas o menos a final de mes durante esto de la crisis económica esta que parece que va en serio, y a pesar de tener a la vista novedades y sorpresas, pero que no puedo contar porque entonces ya no serían ni sorpresas ni novedades, estoy lleno de odio y apatía por partes iguales debido a una avería chunga del ordenador este desde el que escribo, el cual no me deja ni escanear, ni volcar, ni colorear ni editar, ni mucho menos postproduccir.
Tengo pendiente subir nuevas cosillas de Adobo Fanzine, (el tebeo oficial de los travestis que se apuntan a grupos de señoras en feisbuks (¿o era al revés?)), tengo pendiente escanear y dibujar cosas que tenía pendientes, de hecho ha sido el motivo por el cual no me he currado este año la felicitación navideña vía mail (aunque también ha sido por ponerle una excusa...) ¡y más cosas! ¡que de cosas! ¡ no puedo parar de hacer cosas!...
Aparte de todo esto, Youtube ha tenido a bien el cerrarme el canal por tener vídeos subidos de Telecinco (el que algunos fuesen de 1.998 parece ser una gran amenaza para la cadena amiga y tanto ella como Youtube han decidido cortar por lo sano con mi cuenta, como con otras muchas), así que cuando se pueda y mi pc me deje, habrá que ir creando un canal nuevo y subiéndolo todo again, mas otras cosillas novedosas y retocar algunas que estaban subidas, que estaban un poco chungas. A ver en que queda todo esto.
Se me pasan ultimamente los días corriendo, volando, no hago ni la mitad de lo que tenía en mente, y lo que hago no me convence mucho, tanto de dibujo / edición como de relaciones personales como de ordenar la habitación, por ejemplo. Ni tampoco me pongo mucho a escribir en el bloggg, como me había intentado autoobligar, pero al final nasti de plasti, osti tu. Que sirva como declaración de intenciones esta entrada un poco emo, pero bueno, a ver si para mañana estoy más ocurrente. Hoy me siento como un enano que sale cabreadísimo del servicio de una discoteca de pueblo, iracundo porque le han meado encima y llenado de pipí su sombrero favorito, confundiéndole con la taza del water. Si al final va a ser verdad eso de que siempre hay alguien que está peor que tú.